lunes, 28 de septiembre de 2015

En un metro de bosque


 "Los modelos científicos y las metáforas de máquinas son útiles, pero tienen sus límites. ¿Qué hay más allá de las teorías que le imponemos a la naturaleza? Este año he intentado olvidarme de las técnicas científicas y escuchar: acudir a la naturaleza sin una hipótesis, sin un plan para la obtención de datos, sin un guión de clase para darles respuestas a los alumnos, sin máquinas ni sondas. Me he dado cuenta de lo valiosa que es la ciencia, pero a la vez de lo limitado de su alcance y espíritu. Es una pena que en general la práctica de escuchar no esté presente en la formación de los científicos. Su ausencia hace que la ciencia falle innecesariamente. Somos más pobres por ese motivo, y puede que más dañinos. ¿Qué regalos de Navidad ofrecería a sus bosques una cultura que escuchara?"

Ficha: "En un metro de bosque", David George Haskell, editorial Turner Publicaciones, 367 páginas, ISBN: 9788 415 832 232

Hoy toca comentar uno de los libros más singulares que he leído en estos últimos años, este ensayo publicado en 2.012, con el título original "The Forest Unseen" (el bosque invisible),  estuvo en los EEUU entre los finalistas del premio Pulitzer de 2.013 en el apartado de no ficción. En este enlace de Youtube podemos ver un mini-vídeo de un par de minutos correspondiente a la promoción oficial del libro, y aquí la página oficial del autor dedicada a su obra... como podéis comprobar el Sr. George Haskell no regatea en esfuerzos para promocionar su libro y atender a sus posibles lectores, fotografías, recopilación de reseñas, enlaces a programas de radio... todo un ejemplo de como usar Internet no solo para promocionar una obra, sino también para ofrecer material extra a sus lectores, no estaría de más que otros autores tomaran nota ;-). Añado también la reseña y el foro abierto en "www.goodreads.com", para todos los curiosos que no le hagan ascos al inglés.

El autor, biólogo y profesor en la universidad de Sewanne (Tennessee), emprendió en 2.011 un curioso proyecto, durante un año visitó a diario una pequeña parcela de bosque protegido en las inmediaciones de la universidad donde trabaja, una zona montañosa en el sur de los Appalaches que fue elegida en su día para albergar las instalaciones universitarias, tal y como nos contará en el libro, por su situación privilegiada en cuanto altitud, casi seiscientos metros sobre el nivel del mar, para quedar fuera del área de influencia de los mosquitos de los pantanos transmisores de enfermedades. En un rincón del bosque G. Haskell escogió una roca plana adecuada para pasar sentado largos periodos de tiempo y enfocó su atención sobre el pedazo de tierra que queda a la vista al alcance de la mano, una parcela de terreno de la extensión de una mesa, poco más de un metro cuadrado.

Este pedacito de terreno, el mandala tal y como lo nombra en el libro, sería el principal objeto de su observación, se trataba de realizar un trabajo de vigilancia y atención constante sostenido en el tiempo a lo largo de un año, a través de todas las estaciones y estados del tiempo posibles, con la finalidad de encontrar temas sobre los que hablar de la naturaleza, de la vegetación, sus habitantes grandes y pequeños, del bosque que podía observar en ese punto, desde el nivel del suelo y la capa más superficial del mismo a las copas de los árboles. Observación de la fauna, la flora, la vegetación, escucha de los sonidos del bosque, encuentros con todos los tipos de bichos... un año de observación da para mucho, pero sobre todo, una documentación exhaustiva y una gran habilidad de narrador da para mucho más ;-)

Hay quien ha comentado este libro refiriéndose a lo difícil de su clasificación... porque podría perfectamente encajar en el apartado de divulgación científica pero también en el de "espiritualidad", bueno tampoco es para tanto, lo dejo bien claro, este es un libro de divulgación puro y duro, de lo más serio, que las múltiples referencias al "mandala", no nos nublen la vista, este NO es un libro de espiritualidad, ni por asomo... ahora bien, en algunos aspectos hay más espiritualidad en el mismo que en una docena de tratados sobre el budismo,  aquí no se especula ni se hace referencia a dogmas religiosos de ningún tipo, no hace falta, porque si lo que se quiere mostrar y demostrar continuamente es la interconexión entre todos los seres vivos, tema muy importante y recurrente en toda espiritualidad oriental, el libro de G. Haskell es una muestra espléndida de que no hace falta recurrir a la religión para experimentar ese sentimiento "oceánico" de unión entre todos los seres vivos, ese sentimiento mágico de unión con el mundo... también la ciencia, especialmente la biología tiene mucho que decir cuando nos encontramos con un biólogo que no solamente sabe de qué habla, sino que sabe cómo cautivar al lector y llevarle a su terreno.

Habrá momentos en el libro donde nos detendremos en la pura anécdota, hay datos históricos, datos sobre la evolución de tal o cual especie, notas curiosas, información técnica de como se reproducen las flores, los insectos, los caracoles, sobre la digestión de los rumiantes, sobre las bacterias, sobre las enfermedades parásitos y comensales... y cuadros verdaderamente grandiosos que nos hacen asomarnos a esa infinita complejidad del mundo biológico y a la maravilla inenarrable que significa la vida.

"El sol es el origen tanto de la luz del alba como de los cantos matutinos de los pájaros. El resplandor del horizonte es luz filtrada a través de nuestra atmósfera; la música que impregna el ambiente es la energía del sol filtrada a través de las plantas y animales que alimentaron a los pájaros cantores. El encanto de un amanecer en abril es una red de energía que fluye. En un extremo sujeta a la red la materia que el sol ha convertido en energía, y en el otro extremo lo hace la energía que nuestra conciencia ha convertido en belleza"

El autor no siempre juega limpio, no siempre nos va a hablar de cosas que ha observado justamente en ese lugar, alguna historia nos contará sobre intensas nevadas y tormentas que resultan poco creíbles, algunas hay también sobre temas que no comenzaron con una observación en el mandala, poco importa, porque capítulo a capítulo nos vamos a encontrar con una lectura apasionante en la que uno no sabe lo que le espera a la vuelta de la esquina. 

Lo escribo aquí ahora, cualquier lector aficionado a temas de biología va a disfrutar un montón de este libro, palabra, cuando pienso en los grandes libros de divulgación científica que se han publicado en la última década no puedo dejar de tener la sensación de que últimamente parece que la física, sobre todo en sus variantes de física cuántica y cosmología, se ha convertido en la "prima donna" de la divulgación... cuando seguramente es la biología, para mí sin duda alguna, la rama más excitante y hermosa de todas. Si he visto un libro que parece haber sido escrito para "convertir" a lectores en devotos de la biología es precisamente este.

No hay nada demasiado humilde o demasiado trivial para no merecer un capítulo, a cual más interesante, desde el posado de una polilla sobre el cuerpo sudoroso del autor, nunca imaginé que una simple polilla ocultara tanto interés, una picadura de mosquito, unas huellas de ciervo en la nieve, una algarabía de cantos de pájaros en el bosque, los primeros brotes de la primavera, un ligero escarbar en el manto de hojas y aplicar una lupa, los sonidos del bosque al amanecer, al anochecer, un árbol tronchado en una tormenta, el ansia buscadora de una garrapata en el extremo de una ramita, el chirrido de una chicharra y un saltamontes, un encuentro casual con unos mapaches...

"Los seres humanos no han dedicado mucho esfuerzo a mejorar los prototipos de las primeras luces eléctricas. Con combustible ilimitado, ¿por qué íbamos a hacerlo? En cambio, tras el diseño de la luciérnaga hay millones de años de prueba y error. Los coleópteros siempre han andado cortos de energía y han producido una lámpara que desperdicia poco y que, en lugar de sustancias químicas extraídas del suelo, utiliza como combustible su propio alimento"

Hay capítulos donde se centra en un elemento muy concreto, profundiza, y nos desvela mil y una cosas que nunca hubiésemos imaginado... otros como el fantástico "la hojarasca" nos dejará patidifusos, a mí personalmente me dejó temblando, por sus implicaciones filosóficas y espirituales, no volverá el lector a contemplar JAMAS un bosque con los mismos ojos, lo aseguro. El título en inglés "El bosque invisible" me parece mucho más acertado que escogido en castellano que roza la vulgaridad, tirón de orejas para los editores. Se trata de que nos pongamos en el papel del autor, de que intentemos ver y sentir lo que el ve y siente, de experimentar su sentido de maravilla, y también de vértigo, ante la complejidad de la vida y el infinito entramado de las relaciones entre los seres vivos... ese bosque invisible que ninguno vemos cuando paseamos por la naturaleza, pero que está ahí y es más importante de lo que podemos imaginar. 

Dicen que hay varios niveles de ignorancia, está aquello que uno cree saber y que no es cierto o simplemente es incompleto, aquello que uno sabe que no sabe, y lo más interesante de todo, aquello que no solamente ignoramos, sino que ni siquiera sospechamos que está ahí, que no sabemos que no sabemos, cosas que no solamente están más allá de nuestro conocimiento sino también de nuestra imaginación... G. Haskell nos lanzará una buena andanada de ese tipo de cosas en este libro, lo hará con sencillez, con humildad y sin largarnos sermones ecologistas de ningún tipo, nos mostrará la realidad cruda, tal cual es, y dejará que sea el lector quien tome sus propias conclusiones.

Para terminar unas palabras del autor sobre la contemplación de la naturaleza, tal y como él la entiende, tal y como la ha usado en la elaboración de este libro:

"Todos tenemos formas de aprender distintas, así que tal vez sea impertinente que sugiera cómo observar estos mandalas. Sin embargo, me parece que vale la pena compartir con las personas que quieran intentarlo dos ideas surgidas de mi experiencia. La primera es olvidarse de las expectativas. Esperar emoción, belleza, violencia, iluminación o comunión se interpone en el camino de una observación nítida y empaña la mente de inquietud. Solo hay que esperar que los sentidos estén abiertos con entusiasmo.

La segunda sugerencia es inspirarse en la práctica de la meditación y centrar la mente todas las veces que haga falta en el momento presente. La atención se desvía sin cesar y es preciso devolverla con delicadeza a su sitio. Una y otra vez, hay que buscar los detalles sensoriales: las particularidades del ambiente sonoro, la sensación y el olor del lugar, las complejidades visuales. Esta práctica no es árdua, pero sí exige unos actos deliberados de la voluntad"


Lo mejor: Un ensayo fascinante, de lo mejor que se puede leer sobre divulgación... hay libros que pasan sin pena ni gloria por la vida de sus lectores y son rápidamente olvidados, la mayoría me temo; pero hay otros que tienen algo especial, que desde el principio ocupan un lugar de honor en cualquier biblioteca y uno no se despide de ellos con un "hasta siempre", sino con un emotivo "hasta luego"... el hermoso ensayo de George Haskell es de estos últimos. Simplemente imprescindible.

Lo peor: El libro solo puede interesar a aquellas personas que ya hayan leído anteriormente obras parecidas, el terreno de la divulgación científica, incluso en temas tan aparentemente atractivos como la biología y la observación de la naturaleza, desde luego que no es para todo el mundo... algún capítulo hay en el que el lector no podrá evitar rascarse todo el cuerpo... aviso ;-). 

El orden del libro es un poco caótico, no encontraremos ninguna unidad temática ni orden, salvo el impuesto en sus capítulos... un servidor ama perderse en los laberintos de ese bosque que nos describe el autor, pues es para mí una invitación a volverme a recorrer sus sinuosos senderos, pero quizás a otros lectores no les guste ese caos, o quizás hubieran deseado una mayor implicación de Haskell en asuntos de la defensa de la naturaleza, o una mejor organización. Casi toda la abundante bibliografía que se cita en el último apartado está todavía sin traducir al castellano.



lunes, 21 de septiembre de 2015

Deseo que venga el Diablo



"He levantado la cabeza del regazo de la roca gris. Las lágrimas habían caído y caído. ¡Qué extrañas son las lágrimas! Las lágrimas de una fuente seca de diecinueve años son como gotas de agua exprimidas de una piedra. De pronto me he levantado del suelo y he echado a correr a toda velocidad por la arena durante varios minutos. No me he atrevido amirar de nuevo a las cimas o a aquel azul oscuro, ni he querido volver a escuchar las voces. Así y todo ¡qué cobarde soy! Me encojo y me agazapo ante el dolor de las luces mareantes. Pero sigo esperando..., ansiando la luz más mareante de todas: la del Diablo."


Ficha: "Deseo que venga el Diablo", Mary MacLane, editorial Seix Barral, 222 páginas, ISBN: 9788 432 224256

En  la primavera de 1.902 una desconocida chica de diecinueve años que vivía con su familia en el pueblecito minero de Butte, Montana, llevó un manuscrito a la editorial Herbert S. & Stone Co para intentar su publicación, desde marzo a abril del año anterior había estado trabajando en el mismo, tenía forma de diario, aunque evidentemente había sido escrito con la idea de ser publicado desde el principio. El manuscrito fue examinado por la editora Lucy Monroe, dicen que no pudo evitar leerlo durante toda la noche..., al día siguiente la editorial aceptaba su publicación, eso sí, cambiando el escandaloso título "Deseo que venga el Diablo", por el más práctico y conservador "La historia de Mary MacLane". El libro vendió 100.000 ejemplares en un mes.

Un éxito descomunal si tenemos en cuenta la época, el tratarse de un autor desconocido... y encima una jóven de ascendencia humilde de un lugar insignificante. Mary dejó el pueblo y marchó a vivir al este, pasó por Massachuset, Nueva York, Florida... consiguió trabajo como articulista en el New York Tribune y posteriormente escribiría y publicaría dos libros más, en este caso de un éxito moderado, ambos todavía inéditos en castellano, "My friend Annabel Lee", y "I, Mary MacLane: A Diary of Human Days"... ambos, en inglés, se pueden descargar gratuítamente aquí, naturalmente junto con la versión original del libro que nos ocupa. Mary vivió finalmente la vida que quiso, intensa y libre... fallecería en oscuras circunstancias en Chicado en 1.929, tenía cuarenta y ocho años.

En enero de este año ha visto la luz la primera edición en castellano, algo más de cien años después de su publicación, a raíz de que una editorial americana haya decidido rescatar este libro, su gran éxito, del olvido hace ya un par de años... no me extrañaría que asistamos pronto a la publicación del resto de su obra, un carro al que sin duda me subiré gustoso.

Antes de continuar comentando la obra me gustaría recomendar el artículo del magnífico blog de filosofía "El vuelo de la lechuza" a través del que conocí esta obra, así como este otro de "Devoradora de libros"... o este otro del blog "El mar de letras". Y sobre todo la página "oficial" en inglés donde se cuenta toda la historia y se nos proporciona más información. Por si fuera poco... hasta en Youtube tenemos su tercer libro narrado en casi ocho horas...

¿Qué tenía la obra de esta desconocida jovencita para cautivar a su público hace cien años y ahora?, muchas cosas, en aquel entonces no era nada frecuente ver a un autor, menos si era mujer, dirigirse con tanta osadía y desparpajo al lector, Mary poseía un enorme talento y unas inmensas ganas de vivir, era también extremadamente valiente, poco convencional y a pesar de su juventud tenía una seguridad en sí misma apabullante, que lindaba directamente con la soberbia, a la vez que su pensamiento poseía un profundo caudal, no eran las típicas cuestiones sobre las que hubiese escrito una mujer de su tiempo... Mary se anticipaba al mismo, iba mucho más allá, tanto que incluso hoy su voz suena tremendamente actual en estos tiempos donde tanta gente expone sus intimidades en la red, poseer la condición de mujer, tener diecinueve años y hacerlo en la américa conservadora y rural de 1.902 era muy pero que muy diferente a hacerlo hoy. Aunque se ha comparado con los blogueros actuales la Mary de esa época, culta y maravillosa escritora, se los podía comer crudos a todos, no ya a uno tan mediocre como un servidor, eso es fácil, sino al más pintado... que pena que naciera en esa época.


Si sumamos una pasión devoradora, desesperada, un talento para la escritura muy poco usual, unido a una visión trágica de la existencia, unida a una falta de pudor y una seguridad y profundidad de pensamiento insólito tenemos un cóctel explosivo al que resulta difícil resistirse. 

La conciencia de ser humano, la seguridad de ser algo excepcional y a la vez insignificante, la angustia por el futuro, la soledad y la desesperación por carecer de amor que recibir y ofrecer, la percepción clara de estar metida en un pozo del que le es casi imposible salir, la confrontación entre la realidad y sus deseos, la inexistencia de un ser de su nivel con el que poder hablar de tu a tu... la fealdad y la vulgaridad del mundo que le rodeaba unido a su conciencia de ser alguien único e irrepetible...


"Butte y sus alrededores presentan el panorama más feo que uno pueda imaginar. Tan feo es que roza la perfección de la fealdad. Y nada que sea perfecto, o casi, debe despreciarse. He alcanzado unas sutilezas de comprensión pasmosas mientras camino millas y millas por la arena y aridez de las lomas y las quebradas. Su desolación total es una inspiración para pensamientos largos larguísimos y anhelos sin nombre. A diario camino por la arena y aridez"

Hay un elemento que se repite obsesivamente en el libro, el "deseo que venga el diablo", hay ocasiones donde este deseo toma forma material en la figura de un hombre que Mary desea que venga a conocerla, a amarla, que sea digno de ella y la saque de ese bucle sin fin en el que se haya... pero en otras ocasiones, la mayoría de hecho, adquiere un significado más abstracto, el Diablo aquí representa todo lo que el mundo tiene de tentador y bueno, el materialismo y el disfrute de los sentidos. Mary no era para nada una moralista, todo lo contrario, abominaba de lo que los demás llamaban virtud, del matrimonio, y de toda hipocresía y convención social. De hecho su vida fue un ejemplo de lo que predicaba en sus libros, ya que una vez alcanzada la fama literaria y resuelto el problema del dinero vivió como le vino en gana, nunca se casó ni tuvo hijos... aunque sí muchas relaciones, una vida convencional de mujer felizmente casada no era algo que se le pasara ni por la imaginación. 

Al principio del libro pondrá a la fama en el objetivo, posteriormente la felicidad ocupará simbólicamente su mayor anhelo, ese que espera que el Diablo le traiga, le cueste lo que le cueste... años después Mary sonreiría ante la ingenuidad demostrada en este libro, la vida se encargó de desengañarla completamente de esa quimera, aunque por aquel entonces ese deseo parecía formar parte de su esencia más genuina. 

Hay momentos en el libro que son verdaderamente inolvidables, que sobrecogen, me quedo así con tres... cuando en uno de sus paseos por el campo se encuentra con el viejo cementerio y la tumba de un niño anónimo, o cuando en una visión que roza la mística describe el paisaje del atardecer que se despliega ante su vista... o cuando unos días más adelante contempla ese mismo escenario y cada elemento se convierte en una razón de dolor y sufrimiento. 

Existen no obstante también momentos de celebración de la existencia, no todo es deseo insatisfecho, tristeza y lamento por la soledad, también hay una alegría desbordante por sentirse viva, por admirar su cuerpo joven de mujer, por sentirse unida al mundo y por tener fe y esperanza en que un día las cosas van a cambiar y va a poder demostrar su valía. En el fondo, a pesar de los sentimientos negativos y el sufrimiento que emana en muchos momentos el libro es un canto vital, de alguien que cree en sí mismo, que confía en que el futuro va a ser mejor y que ansía el momento de vivir con más intensidad. Naturalmente ambos sentimientos, el de anhelo y tristeza junto con el canto de vitalidad se entremezclan y en ocasiones parecen desbordar a la propia Mary:

"Y estoy hastiada, ¡hastiada! y, ¡deseo mi cielo rojo! Por breve que sea, su recuerdo y su fragancia permanecerán siempre conmigo..., ¡siempre! Tráeme, Diablo, mi linea roja de cielo por una hora y llévatelo todo, ¡todo!..., todo aquello que poseo. Déjame conservar mi Felicidad por una hora escasa, y arrebátamelo todo para siempre. Me daré por satisfecha cuando haya llegado la Noche y no me quede nada"

No se trata tan solo del espectáculo de alguien que se revuelca en su propia miseria y que no parece ver más allá de su propio ombligo... Mary cuando quiere sabe apuntar más alto y mostrar una angustia existencial y un pensamiento de hondo calado que sorprenden:

"En el orden de las cosas, no sé distinguir entre el bien y el mal. Es una de esas líneas de razonamiento que he recorrido hasta el mismo filo, hasta el final. Sólo puedo decir: ¿Qué está mal? ¿Qué está bien? ¿Qué es bueno? ¿Qué es malo? Las palabras son meras palabras, con significados de palabras. La Verdad es el Amor, y el Amor es la única Verdad, y el Amor es lo único de todo que es real. El Diablo es realmente el único al que podemos recurrir, y exige un pago por todos sus favores"

"El mundo está compuesto en gran medida de nada. Tal vez os convenzáis cuando un viento enconado se os haya llevado los delirios. ¿Qué es el viento? Nada. ¿Qué es el cielo? Nada. ¿Qué sabemos? Nada. ¿Qué es la Fama? Nada. ¿Qué es mi corazón? Nada. ¿Qué es mi alma? Nada. ¿Qué somos? No somos nada. "

"Creemos progresar prodigiosamente en las artes y las ciencias a medida que se suceden los siglos. ¿De qué sirve todo eso? No nos enseña el omniporqué, no hace que dejemos de preguntarnos qué es lo que hacemos y a dónde vamos."

"El primer tercio de nuestras vidas lo pasamos a la espera de la Felicidad. Después, en algunos casos, viene y se queda diez años, un mes o tres días, y el resto de la vida nos la pasamos en paz..., con el recuerdo de la Felicidad"

Mary tenía también una gran habilidad para utilizar cualquier elemento de la vida cotidiana como base para filosofar... inolvidable el episodio de la aceituna, cuando nos demuestra su capacidad de observación y nos describe los tipos humanos que se pueden ver en su pueblo, lo que observa desde la ventana de su cuarto, o el de la cena a base de chuletón y cebolletas:

"Y de esta suerte -¿no lo veis?-, todo es distinto después de una comida satisfactoria, el mundo cambia de color y la vida, en suma, se reduce a dos cosas: un buen chuletón de Omaha vuelta y vuelta y unas cebolletas frescas de California"

En ocasiones su espíritu parece elevarse tanto que ya no toca el suelo con los pies, otras veces se siente tan insignificante y desgraciada que llega a compararse con un trozo de fango o a considerarse simple y llanamente insoportable en su soberbia. También se dedicará a sí misma los epítetos de ladrona y mentirosa, incluso el de cobarde... aunque no dejará de proclamar su genialidad de principio a fin. Una personalidad compleja, fascinante y contradictoria... no debía ser alguien fácil de tratar, aunque teniendo en cuenta su gran inteligencia tampoco le debía resultar complicado adaptarse a todo tipo de ambientes.

La presente edición trae dos verdaderas joyas... la primera es un epílogo de la propia Mary MacLane nueve años después de la publicación, un apéndice que fue añadido en la edición de 1.911, donde podemos ver a la autora enfrentarse a la imagen de sí misma con la edad de 28 años y mucha vida vivida en ese tiempo. Era ya una persona completamente adulta, con dinero, que había vivido en varias ciudades, que tenía y había tenido amigos, y más trato humano, mucho más, del que tenía esa chica de diecinueve años... seremos testigos de lo que opinaba ya a esas alturas de la felicidad, de la fama, de las personas, toda una mutación en la que no obstante seguía conservando su gran estilo y el mismo gancho a la hora de escribir. Una pena que no añadiese más epílogos años más tarde... me temo que nos perdemos unas jugosas y potentes reflexiones de una persona verdaderamente singular. El elemento clave de ese momento de su vida sin duda era la vuelta, el retorno a ese querido-odiado Butte del que tanto quería salir, la vuelta a sus raíces y el regreso al contacto con esa familia a la que tanto menospreciaba a los diecinueve años... 

El segundo añadido es el maravilloso prólogo de la poeta Luna Miguel, cuando tuve el libro en mis manos dudé si comprarlo o no... si hubiera leído una sola página del prólogo se hubieran disipado instantáneamente todas mis dudas, sea como fuere, si este libro merecía una brillante y hermosa introducción tiene la mejor de las posibles. Excelente también la traducción de Julia Osuna.

"Habla MacLane, y en cada línea nos regala un temor humano, y en cada verso nos regala una cuchilla, y en cada entrada de diario nos invita a que nosotros miremos también muy dentro de nuestro espíritu, y a que saquemos de la caverna que es nuestro pecho todas esas cosas que al fin nos invita a dibujar con facilidad..."

Lo mejor: Fascinante, una lectura absorbente y cautivadora de principio a fin. Los lectores aficionados a la filosofía, especialmente cuando esta se funde con la literatura lo disfrutarán enormemente. Todo un descubrimiento. Mary ha entrado por la puerta grande y viene para quedarse.

Lo peor: El despliegue verbal de Mary MacLane puede ocasionar al lector emociones encontradas... en ocasiones conmueve y despierta la ternura, otras puede resultar cargante, hay momentos en los que uno siente compasión, y otras en las que desearía darle un buen capón... por tonta. Aunque es inevitable al final sentir afinidad y simpatía por ese ser tan singular y desear con ella la llegada del Diablo, aunque sea en la forma de una chiquilla loca de diecinueve años capaz de estrujarnos el corazón desde la distancia del tiempo.


miércoles, 16 de septiembre de 2015

E. M. Cioran. Conversaciones



"Escribir es un alivio extraordinario. Y publicar también. Esto les parecerá ridículo y, sin embargo, es muy cierto. Pues un libro es vuestra vida, o una parte de ella, que se os hace exterior. Se desprende uno de todo lo que ama y sobre todo de todo lo que detesta en uno mismo. Iré más lejos, si no hubiese escrito, hubiera podido convertirme en un asesino. La expresión es una liberación. Les aconsejo que hagan el ejercicio siguiente: cuando odien a alguien y sientas ganas de liquidarle, cojan un trozo de papel y escriban que Fulano es un puerco, un bandido, un crápula, un mónstruo. En seguida advertirán que ya le odian menos. Es precisamente lo mismo que yo he hecho respecto a mí mismo. He escrito para injuriar a la vida y para injuriarme. ¿Resultado? Me he soportado mejor y he soportado mejor la vida."


Ficha: "E.M. Cioran. Conversaciones", Emil Cioran, editorial Tusquets, 264 páginas, ISBN: 9788 472 239494

De nuevo me las vuelvo a ver con el pensador rumano-francés, apátrida más bien, tras haber leído y comentado recientemente su primer libro, ambos los tenía ya más de un año pendientes de leer y decidí hacerlo de forma conjunta para dedicarle un artículo "especial" de dos libros, aunque al final van a ser dos artículos por separado, sobre todo porque se trata de dos libros extremadamente diferentes entre sí.

Leemos en la contraportada que la editorial francesa Gallimard tras la muerte de Cioran en 1.995, aprovechando el tirón de ventas que supone siempre la noticia de la muerte de un escritor, sacó a la venta este libro donde se recogen las entrevistas más importantes concedidas por el pensador en sus últimos 25 años de vida. La primera data de 1.970, la última de 1.994 justo un año antes de su muerte.

Es un alivio tener aquí no al escritor extremo y neurótico, sino a la persona que era en el trato con los demás, amable, inteligente, sensible... y con buen sentido del humor. Un retrato humano que casa poco o nada con el que se deja sentir en sus apasionados escritos tan llenos de pesimismo, angustia y amargura. Durante las entrevistas descubriremos muchas cosas, entre las mismas la razón de esa aparente dualidad, motivada por el efecto terapéutico de sus escritos. Cioran siempre insistió en que el motor de su escritura era la desesperación, la explosión de una negatividad que tomaba la forma de escritura... una vez causado el efecto deseado, es decir la calma y la serenidad, una vez plasmadas sus obsesiones sobre el papel prácticamente dejaba de escribir. Ello otorgaba un carácter único a sus libros, pero también introducía la paradoja de la contradicción, el observar que el Cioran sociable y humano poco o nada tenía que ver con ese volcánico carácter plasmado en sus escritos.

Ese Cioran sociable, amigable, humano y "normal" es el que nos encontramos aquí. Demostrando una notable erudición y conocimiento de la literatura y la filosofía, dando explicaciones de los exabruptos tan presentes en sus obras, hablando de su vida pasada... incluso riendo... una imagen que tira por tierra completamente la que nos podríamos hacer si solamente leyésemos alguno de sus libros sin interesarnos por el hombre que está detrás. Hay palabras enormemente lúcidas y coherentes sobre muchos temas, sobre la creación artística en general, no solamente en relación a su obra, sobre la vida, la sabiduría, la soledad, la religión y el misticismo, la literatura, la música... hay entrevistas que quizás no estén demasiado "logradas", pero otras ofrecen materia de sobra para leer el libro con deleite y admirarse una y otra vez de esa paradoja viviente que era Emil Cioran.


No hace mucho que vi en un vídeo de Youtube una propuesta de un conocido filósofo, habitual en este blog, donde nos hacía partícipes de una especie de reflexión-juego, consistía en pensar en un filósofo ya fallecido hace tiempo e imaginarnos que pudiésemos traerlo a la vida durante unos momentos, en vez de la pregunta fácil -¿Que podríamos decirle nosotros a él?- formular otra mucho más interesante -¿Qué podría él decirnos a nosotros acerca del tiempo que nos ha tocado vivir?-. Hace veinte años que nos dejó Emil, creo que lo primero que haría si lo trajésemos a la vida en una imaginaria sesión de espiritismo sería ¡maldecirnos por devolverlo a la vida! ;-)... bromas aparte sin duda que Cioran no encontraría nada que le hiciese desdecirse de sus teorías apocalípticas sobre el fin próximo de la humanidad, la crisis de 2.008, el calentamiento global, las guerras y crisis que hoy vemos en el mundo le harían reafirmarse en su pensamiento de que existe algo maldito y torcido en el ser humano desde su mismo origen y que estamos condenados, de que no hay esperanza y de que todo lo que podemos lograr en el plano técnico y científico tarde o temprano terminará volviéndose en contra nuestra.

Las entrevistas no solamente nos muestran a alguien sumido en dudas y plagado de contradicciones ¿quién no las tiene?, sino también nos muestra sus limitaciones. Cioran era un típico representante del mundo escindido de las dos culturas donde él había claramente optado por las humanidades, literatura, filosofía, música, historia... pero ni un ápice de ciencia, no veía nada grandioso en la investigación científica ni en la aventura de descubrir el universo... no solo eso, vivió más de cuarenta años en una ciudad que terminó detestando, siempre idealizó su etapa en Rasinari, ese pueblecito donde vivió sus primeros años de vida ¿por qué no buscó una existencia tranquila en un medio rural semejante al pueblo de su infancia?, cuanto más feliz no hubiera sido para él una vida rodeado de la gente sencilla e iletrada que tanto decía admirar. No parecía que la falta de voluntad, cuando quería, fuese un obstáculo, ni hubiera salido de Rumanía ni terminado en París.

"Tras una existencia en que he conocido bastantes países y leído muchos libros, he llegado a la conclusión de que era el campesino rumano quien tenía razón. Ese campesino que no cree en nada, que piensa que el hombre está perdido, que no hay nada que hacer, que se siente aplastado por la historia. Esa ideología de víctima es también mi concepción actual, mi filosofía de la historia. Realmente, toda mi formación intelectual no me ha servido de nada."


Escritor extraordinario, seguramente el mejor autor de aforismos desde Nietzsche, profundo conocedor de las profundidades del espíritu humano... pero un cero a la izquierda en cuestiones prácticas de la vida, un talento que se limitaba a verter sus interminables demonios sobre el papel... y que luego tenía la osadía de mandarlas publicar tras una cuidadosa revisión y corrección de estilo. La traición era múltiple, el estilo aforístico adoptado por Cioran requería una árdua labor de pensar y darle vueltas a las cosas, no pocas serían así gestadas en sus noches de insomnio, para luego llegar a una conclusión, darle forma escrita y posteriormente una corrección... demasiado artificio en definitiva. Quizás es por eso por lo que aunque le leo con sumo gusto no termina de conmoverme... Cioran amaba la música, adoraba a Bach, seguramente porque es el arte más puro y abstracto que existe, aquel que es capaz de sacar cosas de nosotros mismos que ni siquiera sabíamos que estaban ahí... de hecho podía perdonar cualquier cosa en una persona, excepto que le dijera que no le gustaba la música, entonces ya estaba muerta para él... bueno a ninguno de sus entrevistadores se le ocurrió la pregunta malévola de preguntarle que opinión le merecería un sordo de nacimiento ;-)

"De modo que tenía veinte años y un día -eran las dos de la tarde, lo recuerdo perfectamente-, delante de mi madre, me arrojé sobre un sofá y dije "No puedo más". Mi madre me respondió: "Si lo hubiera sabido habría abortado". Aquello me causó una impresión extraordinaria, pero en modo alguno negativa. En lugar de rebelarme, esbocé -lo recuerdo- una sonrisa y fue como una revelación: ser el fruto del azar, sin necesidad alguna, fue en cierto modo una liberación, pero me marcó para el resto de mi vida"


Y hasta aquí hemos llegado con Cioran, con él pasa lo mismo que con determinados platos cargados de especias, se disfrutan a condición de que no se abuse de ellos, puedes terminar fácilmente con el cuerpo descompuesto y el paladar abrasado... y lo que es peor, encontrar insulso a partir de ese momento todo lo demás. En estos tiempos donde constantemente nos venden la moto, tratan de inculcarnos continuamente un falso optimismo y donde nos machacan con el agotador mensaje ¡tu puedes!, resulta todo un bálsamo leer a escritores como él, que al igual que escribió una vez Kenneth Rexroth acerca de Henry Miller "nos descubren el pastel". Si, Cioran nos descubre el pastel, una y otra vez nos escupe a la cara ¡el emperador está desnudo fíjate bien! ¡deja ya de soñar!. Ahora bien, la fantasía y la oscuridad deforman las cosas, pero un exceso de lucidez al igual que una luz deslumbrante puede tener el mismo efecto. Cioran por eso me parece un pensador sumamente limitado, muy bueno si, pero solamente en algunas facetas. No lo puedo recomendar a nadie y creo que ya he sacado de él todo lo que podía, creo que no le volveré a leer.

Lo mejor: Las mejores entrevistas al escritor maldito, un libro imprescindible para todos los aficionados a su pensamiento que ayuda a entender muchas cosas. Verdaderamente ameno, se puede leer de un tirón y tiene momentos, especialmente los relacionados con la escritura, con la creación artística, verdaderamente interesantes. 

Lo peor: Era inevitable que se repitiesen las preguntas al ser diferentes entrevistadores en épocas distintas... también por supuesto se repiten las respuestas, hay entrevistadores fantásticos que saben sacar lo mejor del personaje que tienen delante y los hay que no destacan precisamente en esta habilidad... a pesar de todo Cioran siempre tiene algo interesante que decir.


lunes, 14 de septiembre de 2015

Lionel Asbo. El estado de Inglaterra


Ficha: "Lionel Asbo. El estado de Inglaterra", Martin Amis, editorial Anagrama, 352 páginas, ISBN: 9788 433 977731 

Hacía ya varios años que no me encontraba de nuevo con este escritor, lo tenía ya casi olvidado hasta que en la reciente lectura en agosto de la biografía de Christopher Hitchens "Hitch-22", en la que le dedicaba un capítulo, me ha vuelto a apetecer leer algo suyo y esta novela, la última publicada del escritor británico y dedicada a su amigo "Chris", me pareció la mejor opción.

A Amis le encantan los personajes miserables y risibles, aquellos a los que puede vapulear a gusto y de los que se puede burlar sin misericordia, ya le ví hacerlo en "La información" con la historia de ese escritor fracasado al que le hace pasar canutas, donde realiza su particular homenaje a la entrada en la cuarta década de vida; y por supuesto en la desternillante "Dinero", para mí sin duda alguna la más ácida y corrosiva visión literaria del feroz consumismo de los ochenta y la época de vacío que inauguraba el capitalismo extremo.

En este caso Amis crea un personaje a medida de los nuevos tiempos, un personaje que encajaría perfectamente con una parte de Inglaterra que detesta... Lionel, un delincuente de poca monta, un sociópata violento e incontrolable, típico subproducto de los suburbios más sórdidos de una gran ciudad británica, último hijo de una múltiple madre soltera que batió los record de precocidad en el mundillo del crimen y la gamberrada al romper con adoquines los parabrisas de varios coches a la tierna edad de casi tres años... carne de presidio, extorsionador y ladrón, aficionado al porno de mal gusto y las prácticas sadomaso, capaz de aguantar como nadie las drogas y el alcohol, y que vive junto a su sobrino huérfano en uno de los destartalados bloques de apartamentos del imaginario suburbio de Diston. En sus labores de extorsión se hace acompañar de vez en cuando por un par de perros pitbul, Jeff y Joe, a los que alimenta con un compuesto de carne picada y abundante salsa tabasco amenizado de vez en cuando con una buena borrachera de cerveza "cobra". Su sobrino de quince años, Desmond, representa el polo opuesto de su tío, sensible, estudioso, buena gente... vamos un santo al que la vida rodeado de tanta inmundicia no llega a manchar, y que a pesar de todo quiere a su tío Lionel ya que tras la muerte de su madre él se encargó de acogerle y cuidarle... a su manera, ya que para casi todo constituye una especie de "antipadre", un ejemplo en negativo de todo lo que NO hay que hacer en la vida. 


Por un capricho de la fortuna durante una de sus frecuentes estancias en la cárcel Lionel resulta agraciado con un inmenso premio de la lotería, más de ciento cuarenta millones de libras, ¿dará su vida dará un giro inesperado?... no necesariamente, en la actual Inglaterra, esa que Martin Amis desea poner en la picota en esta novela, el dinero acarrea automáticamente un socio no deseado, la fama, la que proporcionan las revistas del corazón, los tabloides-basura que tanto abundan allí y que casualmente son la única lectura del protagonista. En ese mundillo no importa quien seas, lo que hayas hecho en la vida y la procedencia de tu dinero... máxime cuando un personaje como Lionel puede proporcionarles tantos titulares "jugosos" donde lo tratan poco menos de delincuente, de subnormal y drogadicto, y donde especulan cuando y como caerá su próxima condena a prisión... sin importarles los periódicos que les esté ayudando a vender o el daño que puedan ocasionar, mundo marginal del crimen de poca monta y mundo de la prensa del corazón se dan la mano y parecen congeniar de maravilla. 

Dos mujeres vendrán a añadir "chicha" a la trama, la encantadora Dawn, novia de Desmond, una mujer inteligente que engrandece los horizontes del santo de Diston, y Threnody, una ambiciosa modelo, como no, que acude a la llamada del dinero de Lionel y demuestra cierto arte a la hora de manipularle... aunque Lionel no es fácil de influenciar, sus vicios y viejos hábitos pesan demasiado todavía sobre él y no dejará de meterse en problemas, aunque ahora gracias a su dinero estos alcanzarán dimensiones épicas... También por todo el libro planea la amenaza de que Lionel descubra el "affair" que un quinceañero Desmond tuvo con su propia abuela y madre de Lionel "Grace" , única mancha en su inmaculado curriculum, y que podría ser la última si su tío se entera, esta solitaria y amargada mujer será con diferencia el personaje más sufrido y desgraciado del libro.

Durante la novela se sucederán las situaciones disparatadas, uno no sabe lo que ocurrirá a la vuelta de la página con una fuerza de la naturaleza como Lionel, ahora más desatada y sin control que nunca gracias a su dinero... Amis realiza todo un ejercicio de ironía e imaginación al fantasear con lo que haría una escoria humana semejante, a cuyo lado nuestro personaje cinematográfico "Torrente" es un lumbreras, con ese caudal de dinero. Su retrato del desastre de la política social inglesa, del mundo de los suburbios y de la prensa del corazón con su afición por los personajes más chuscos y sórdidos de la sociedad, siempre que tengan dinero, no puede ser más ácido y cruel. A pesar del contenido irónico y humorístico en general de la novela, se respira también cierto desánimo y derrotismo al contemplar el estado en el que está el país. El carácter violento y vengativo de Lionel planeará durante casi todo el relato, añadiendo una especie de tensión no resuelta que amenaza con explotar y añadir una dosis considerable de tragedia que nos estropee el chiste... 

Lo mejor: Un retrato despiadado de la sociedad inglesa que difícilmente dejará indiferente a nadie. En esta novela tenemos de nuevo de vuelta al Amis más cáustico y burlón que se ensaña a placer con su querida patria. Fantástico el tremebundo personaje de Lionel, a la altura sin duda del mítico John Self de "Dinero", capaz de dar tanto juego y acaparar la acción.

Lo peor: Se apuntan los excesos y los problemas... pero no se va más allá, no hay referencia alguna, por indirecta que sea, a las causas de como se ha llegado a esto. Da la impresión de que Amis podía haberse "encarnizado" algo más con el tema y llegado algo más lejos. A pesar de todo sigo prefiriendo a John Self... al menos este tenía un monólogo interior que resultaba interesante, Lionel es demasiado animal y malvado para resultar remotamente simpático, uno desea casi desde el principio que se lo coman sus propios perros bien aderezado con el tabasco que les da.

viernes, 11 de septiembre de 2015

En las cimas de la desesperación


Ficha: "En las cimas de la desesperación", Emil Cioran, Tusquets Editores, 208 páginas, ISBN: 9788 483 831 410


Me resulta sorprendente, por su temática... más propia de un escritor maduro, que este libro fuese escrito por su autor a la temprana edad de 22 años, por aquel entonces, 1.933, acababa de terminar su licenciatura en filosofía en Bucarest y había vuelto a su ciudad natal, Sibiu, donde volvió a vivir en casa de sus padres a los que engañó diciéndoles que estaba trabajando en una tesis sobre Henry Bergson. Bergson era el filósofo de moda en el primer tercio del siglo XX y aunque efectivamente Cioran escribió su tésis doctoral sobre el mismo posteriormente renegaría del filósofo francés alegando que este "no comprendía la tragedia de la vida"... algo que más adelante le llevaría a renegar también de su idolatrado, por aquel entonces, Friedich Nietzsche. Sea como fuere aquí están ya, en esta primera obra, "el más filosófico de mis escritos" como declararía muchos años más tarde, todos sus grandes temas y sus obsesiones. Hasta el punto que casi toda su obra posterior la veremos girar en torno a lo mismo.

En cierta forma Emil Cioran escribió siempre el mismo libro, en diversas entrevistas posteriormente comentó que para él la escritura era como una especie de psicoterapia, una válvula de escape para dejar salir las tensiones y los pensamientos que le atormentaban día y noche. A esta obra en particular, que fue originalmente publicado en rumano y ganaría varios premios, le debía poco menos que la vida... Cioran reconoció años más tarde que de no haberlo escrito probablemente habría terminado suicidándose.

Las circunstancias.
En aquella época de estudiante, y también posteriormente, Emile vivió una profunda crisis existencial, si damos como ciertas sus palabras acerca de lo intensamente feliz que fue su infancia, no puedo dejar de pensar en que su historia guarda cierto paralelismo con la de Buda, en este caso alguien que nace en un lugar bucólico y vive una infancia feliz, ingenuo como casi todos los niños, aunque él afirmó siempre que nunca tuvo el menor atisbo de fe religiosa a pesar de que su padre era pope de la iglesia ortodoxa... estado feliz en suma, optimista y despreocupado que no resiste el contacto con la realidad cruda de la vida y la existencia sufriendo un profundo "shock", algo que posiblemente hubiera superado con facilidad si otra hubiera sido su naturaleza, pero la de Emile Cioran para su desgracia, o para bien según se mire, no era una naturaleza demasiado común, no iba a ser un estudiante ni un filósofo o escritor del montón, ni mucho menos.

Angustiado, obsesionado, su insomnio le llevaba a pasear por las calles de Bucarest a altas horas de la madrugada, frecuentaba la compañía de vagabundos, prostitutas y demás gente de la calle y tuvo contacto continuado con los elementos más marginales de la sociedad... desde luego dificilmente aquello podía hacerle ver la vida de una forma menos sombría. Los temas que le obsesionaban día y noche eran entonces los que plasmaría posteriormente en esta primera obra, la angustia de la existencia, el horror ante el vacío de la nada, el sinsentido de la vida humana, la decepción por el género humano, la soledad y el sufrimiento entre otros... pura negatividad, puro pesimismo exagerado entonces por sus problemas para conciliar el sueño que le negaban la paz y el olvido que tanto necesitaba, espoleados en el caso de esta obra por el típico apasionamiento de la juventud.

Por fortuna para él y para nosotros sus lectores encontró en la escritura la terapia perfecta, la salida a ese estado depresivo que amenazaba con empujarlo al suicidio. Hay que tener esto en cuenta antes de juzgar el contenido de este libro, seguramente por ello él mismo lo aclara en el prólogo, añadido muchos años después seguramente cuando se publicó la primera traducción francesa, de la que el mismo se encargaría cuando vivía su auto-exilio en el país galo.

Con un estilo aforístico y vigoroso que recuerda mucho a Nietzsche, Cioran da rienda suelta a sus demonios personales de principio a fin, quizás demasiado radical, pretencioso y rimbombante, teniendo en cuenta su corta edad... si con 22 años parece ya estar de vuelta de todo y asqueado de la vida ¿qué tendría que decir más adelante cuando doblase o triplicase esa edad?... porque una de las primeras cosas que sorprende de Cioran, su principal inconsecuencia o paradoja a primera vista es obvia... si la vida es un asco, una dolorosa agonía, un callejón sin salida y casi sería mejor no haber nacido ¿por qué no suicidarse entonces y poner fin a todo?... la respuesta nos la da el mismo Cioran "¿Por qué yo no me suicido? Porque la muerte me repugna tanto como la vida".

Es más, como ya escribí aquí a propósito del primer libro que comenté del filósofo rumano "Adios a la filosofía y otros textos", una vez disuadió a un hombre en París de saltar desde un puente... y lo hizo a su manera, aconsejándole que de momento no se matara, que guardara en su interior la idea del suicidio, para que esta lo reconfortara sabiendo que podía tener esa opción en cualquier momento... una receta que sin duda se aplicaba a sí mismo. No sería la última vez que daría ese consejo a lectores suyos que le llamaban por teléfono, o le escribían desesperanzados y con ganas de abandonar el mundo.

Un inicio arrollador.
El libro comienza con una justificación de la escritura lírica, toda una declaración de principios que seguiría fielmente a lo largo de su vida: "Existen estados y obsesiones con los que no se puede vivir. La salvación ¿no podría consistir en confesarlos? Conservadas en la conciencia, la experiencia terrible y la obsesión terrorífica por la muerte conducen a la devastación. Hablando de la muerte salvamos algo de nosotros mismos, y sin embargo algo se extingue en el ser". Cioran una vez comentó que odiaba escribir, que primero lo hizo como terapia y luego como pura necesidad, y la prueba estaba en que había escrito muy poco, apenas lo justo para subsistir.

Su alienación del mundo cae en el siguiente aforismo, "Aislados, separados del mundo, todo se nos vuelve inaccesible. La muerte más profunda, la verdadera muerte, es la muerte causada por la soledad, cuando hasta la luz se convierte en un principio de muerte". Interpreto que hace aquí una alusión a la luz triplemente negativa... quizás la luz al final del túnel que algunos moribundos dicen ver en experiencias cercanas a la muerte, la luz-lucidez que le hacía ver lo trágico de la existencia humana por doquier, y sobre todo la luz del amanecer que lejos de constituir una alegría por el comienzo de un nuevo día se convierte en una maldición para un insomne... si tenemos en cuenta que su época de insomnio duró, según comentó en una entrevista, casi siete años se entiende que su estado psicológico al escribir este libro debía ser espantoso.

El libro continúa revelando su angustia por "no poder ya vivir", que evidentemente era pura exageración, su intento de encontrar sentido en lo absurdo, teniendo en cuenta que para él ya ningún ideal ni nada valían la pena... es decir, todavía se aferraba a la vida convirtiendo el sin-sentido en sentido, ¿a través quizás de una ironía trágica?. 

La deformación en la percepción que crea en el hombre un sufrimiento continuado será el motivo del siguiente aforismo "En este mundo orgánicamente deficiente y fragmentario, el individuo tiende a elevar su propia existencia al rango de lo absoluto: todos vivimos como si fuéramos el centro del universo o de la historia. Esforzarse por comprender el sufrimiento ajeno no disminuye en nada el nuestro propio.". 

Posteriormente toma nota de su soledad y sus habituales paseos nocturnos, que pese a lo que comente aquí, siempre en clave negativa, fueron el germen de su pensamiento filosófico, "¡Cuánta soledad necesitamos para poder tener acceso al espíritu! ¡Cuánta muerte necesitamos en la vida y cuánto fuego interior!"... en el siguiente capítulo-aforismo nos encontramos con su "declaración" ante el mundo "Yo y el mundo", escrito el día de su 22 cumpleaños tal y como comentaba en un texto añadido después por un Cioran maduro y condescendiente: "El hecho de que yo exista prueba que el mundo no tiene sentido. ¿Qué sentido, en efecto, podría yo hallar en los suplicios de un hombre infinitamente atormentado y desgraciado para quien todo se reduce en última instancia a la nada y para quien el sufrimiento domina el mundo?" ... ¿os imagináis a un Emile Cioran coreando con sus amigos "cumpleaños feliz" y soplando las velas de su tarta?, dudo mucho que llegase a celebrar en vida ninguno de sus cumpleaños cuando en este particular comentaba años después "Experimento una extraña sensación al pensar que soy, a mi edad, un especialista en la muerte".

Agonía, locura y muerte.
El cansancio vital será el protagonista del siguiente aforismo "Agotamiento y agonía", donde desvela su agotamiento vital, su lucha agotadora y agónica por escapar de sí mismo en sus innumerables noches en vela, en el siguiente no dudará en usar la ironía, siempre trágica, sobre sí mismo, al ver el estado al que tal situación le reduce... todavía dará otra vuelta de tuerca sobre el mismo tema expresando en el siguiente aforismo "El presentimiento de la locura" su miedo a que su insoportable tensión psicológica termine llevándole a perder el juicio: "El presentimiento de la locura va acompañado del miedo a la lucidez durante la locura, el miedo a los momentos de regreso a sí mismo, en los que la intuición del desastre podría engendrar una locura aún mayor"... aunque no ve una total negatividad en la pérdida de la lucidez "Me gustaría perder el juicio con una sola condición: tener la certeza de ser un loco jovial, sin problemas ni obsesiones, jocoso durante todo el día". 

Como no podía ser de otra forma su aforismo sobre la muerte es el más largo del libro, ya que su preocupación y su miedo a la misma son sin duda el elemento central de toda su filosofía, el elemento del que todo lo demás deriva, casi toda su filosofía se puede destilar de las líneas finales "Estar persuadido de no poder escapar a un destino amargo, hallarse sometido a la fatalidad, tener la certeza de que el tiempo se ensañará siempre en actualizar el trágico proceso de la destrucción, son expresiones de lo Implacable. ¿No constituiría la nada en ese caso la salvación? Pero ¿qué salvación puede haber en el vacío? Siendo casi imposible en la existencia, ¿cómo podría realizarse la salvación fuera de ella?. Y puesto que no hay salvación ni en la existencia ni en la nada, ¡que revienten entonces este mundo y sus leyes eternas!."

Allegro ma non troppo.
Tras esta apocalíptica traca Cioran baja unos grados la intensidad, ya se ha despachado a gusto y a partir de ahí seguirá tocando los mismos temas pero con otro ritmo, en una especie de "intermezzo" donde habrá todavía algún toque de tambor y algún estridente sonar de platillos... pero menos. La melancolía y su papel en la inspiración y el arte será el tema tratado en el siguiente aforismo, estamos sin duda en uno de los más bellos y líricos pasajes del libro "La nostalgia expresa en un nivel afectivo un fenómeno profundo: el progreso hacia la muerte mediante el hecho de vivir. Siento nostalgia de lo que ha muerto en mí, de la parte muerta de mí mismo. No actualizo más que el espectro de realidades y de experiencias pasadas, pero ello basta para mostrar la importancia de la parte difunta.". La futilidad de todo esfuerzo y toda lucha, teniendo en cuenta el inevitable final, será el protagonista del aforismo titulado "Nada es importante", posee este algunas de los mejores, y más inolvidables, momentos del libro "Si lo pensamos seriamente, ¿para qué sirve todo ello en realidad? ¿Para qué interrogarse, para qué intentar aclarar o aceptar sombras? ¿No valdría más que yo enterrase mis lágrimas en la arena a la orilla del mar, en una soledad absoluta? El problema es que nunca he llorado, pues mis lágrimas se han transformado en pensamientos tan amargos como ellas.".

El Cioran más especulativo aparece en "Extasis", donde identifica el estado extático, descrito por los místicos, con el sentimiento de la desesperación. Pasamos a palabras mayores con "Un mundo en el que nada está resuelto", donde se burla con cierta ironía de las tareas de la filosofía y los filósofos, y defiende lo que él llama la "filosofía lírica", la que él hacía en definitiva, "una filosofía en la que la idea tiene raíces tan profundas como la poesía. Tenemos acceso entonces a una forma superior de existencia, en la que el mundo y sus problemas inextricables ni siquiera merecen ya el desprecio [...] sucede, simplemente que nada, excepto nuestra agonía personal, nos interesa ya a partir de ese momento.". Así era el mundo de este atípico filósofo, un mundo donde no parecían existir las medias tintas, ni las medias verdades, todo o blanco o negro, sin espacio para el gris, con una capacidad sorprendente para revolcarse en sus propias miserias y sus negativos estados de ánimo "Todo aquel que repruebe los estados caóticos no es un creador, quien desprecie los estados enfermizos no tiene derecho a hablar del espíritu"... observamos una y otra vez como Cioran ya en aquella época sacaba inspiración de lugares a los que otros no querrían ni acercarse.

Su aforismo sobre la tristeza nos deparará algún que otro momento interesante "Una constatación que puedo, muy a mi pesar, hacer a cada instante: solamente son felices quienes no piensan nunca, es decir, quienes no piensan más que lo estrictamente necesario para vivir.", o en el dedicado a la insatisfacción "Renuncio a mi calidad de ser humano, a riesgo de hallarme solo en las pendientes que deseo escalar. ¿Acaso no estoy ya solo en este mundo del que he dejado de esperar algo?". Sus ensoñaciones y deseos de terminar de una vez con su sufrimiento, con esa incapacidad de soportarse a sí mismo llegan al paroxismo en el aforismo "El baño de fuego", donde fantasea con estallar literalmente en llamas, luego se bajará de las alturas y confesará su materialismo en "Sobre la realidad del cuerpo". La desorientación y el dudar constante, la soledad y sus desesperantes deseos de acabar con su sufrimiento y la inutilidad del mismo serán los temas de los siguientes aforismos... llegando hasta encontrar consuelo en las imágenes apocalípticas de un mundo volando en pedazos, de nuevo tenemos los rayos y truenos. El tema del suicidio, curiosamente un tema menor en su iconografía filosófica, entrará ya en esta parte del libro,... quedará reflejado el porqué no toma ese camino ¿repugnancia de la muerte cómo apuntaba aquí o simple cobardía? pero también su respeto por todos aquellos que decidieron poner fin a su vida. Del tema del suicidio saltará al aspecto lírico, para él, de los últimos instantes de la vida, "Quisiera fundirme en el mundo y que el mundo se fundiera en mí, que juntos tuviésemos en nuestro delirio un sueño apocalíptico, extraño como una visión del final y magnífico como un gran crepúsculo"... deseos en suma de grandeza, aunque fuese por unos instantes, tras toda una vida de arrastrarse por el fango.

La gracia.
El aforismo "La esencia de la gracia" nos traerá a un insólito Cioran que por una vez deja a un lado la negatividad, algo debió de captar su atención ¿un enamoramiento quizás?, sea como fuere aquí deja espacio a los aspectos bellos de la vida, la gracia, como una mariposa aleteando graciosamente por encima de las llamas de un incendio o de un abismo nos revela que no todo en el mundo es sufrimiento, que hay seres que parecen estar más allá de todo esto. "La gracia, por su parte, representa un estado de satisfacción, por no decir de felicidad: en ella no hay abismos ni grandes sufrimientos. Si las mujeres son más felices que los hombres es porque la gracia y la ingenuidad son en ellas mucho más frecuentes. Ellas también padecen por supuesto enfermedades e insatisfacciones, pero su gracia candorosa les proporciona un equilibrio superficial que no podría desembocar en tensiones peligrosas"... vemos aquí una cierta idealización de la mujer muy propia de la época, o quizás, de una juventud apasionada a pesar de todo, es la primera vez que vemos un atisbo de esperanza en el libro. 

Compasión y moral.
Tras esa fugaz luz en medio de la oscuridad el libro continúa con sus temas aunque ya al menos deja de estar tan centrado en el sufrimiento propio, deja de mirar obsesivamente su propio ombligo y echa una mirada al mundo... lo que ve no le va a gustar, pero al menos cambiamos el foco de atención. Sobre la inutilidad de la compasión, si no se traduce en ayuda inmediata, tratará su siguiente aforismo, en otro se mostrará partidario del disfrute y del placer, fuera moralinas, si hay quien encuentra un alivio en dichas prácticas y excesos ya que considera que hay ya demasiado sufrimiento en el mundo como para ponerle "puertas al campo" encima, lo resumirá así: "Sufrid, pues, embriagaos, bebed la copa del placer hasta el final, llorad o reíd, gritad de alegría o de desesperación, de todas maneras nada quedará de todo ello. Toda la moral no tiene más objetivo que transformar esta vida en una suma de ocasiones desperdiciadas".

Eternidad y contemplación.
El tema de la eternidad y el disfrutar del instante aparecerá en los siguientes aforismos, se nota la influencia de sus lecturas de autores místicos y seguramente de algún que otro libro de filosofía oriental, en todo ello veía solo cosas positivas, ya que el instante presente, esa eternidad que no significa prolongación indefinida en el tiempo sino la muerte del tiempo psicológico, la eliminación de la cuenta del mismo y su aspecto "demoníaco", el estar más allá del tiempo, forzosamente tenía que parecerle un alivio. Vemos una defensa de la vida contemplativa... el problema para Cioran era precisamente el mantenerse en ese estado de forma permanente, eso sí, hablaba siempre desde el exterior, "Superando la historia, adquirimos una especie de supraconciencia capital para la experiencia de la eternidad. Ella nos conduce, en efecto, hacia una región en la que las antinomias, las contradicciones y las incertidumbres de este mundo pierden su sentido, una región en la que se olvida la existencia y la muerte. Es el miedo a la muerte lo que motiva a los incondicionales de la eternidad: en efecto, la única ventaja real de la experiencia de lo eterno es que nos hace olvidar la muerte. Pero ¿qué sucede cuando la contemplación se acaba?" No detecto aquí un hablar desde la propia experiencia, sino solamente un imaginar... una pena que en la época de este libro no hubiese a disposición de Cioran clases de yoga o meditación, porque las necesitaba como el comer.

Esperpéntico.
En el aforismo "Dejar de ser hombre" especula con una vuelta a la animalidad para aliviar el sufrimiento, de nuevo nos encontramos a un Cioran fantaseando con abandonar su dolor... aun a costa de perder su humanidad en este caso. El sentido mágico del mundo, ya perdido, es el tema del siguiente aforismo... de nuevo otra imposibilidad, otro camino para evitar el dolor cerrado para él. En el siguiente apartado "La inconcebible alegría" revela su frustración por ser incapaz de superar su dolor y angustia, tal y como otras personas hacen... de ahí que el tema en el siguiente aforismo esté servido "Ambigüedad en el sufrimiento" nos trae la paradoja de como este en cierta forma llega a formar parte de la personalidad del afectado y como incluso en un hipotético "cese" puede llegar a experimentar una cierta nostalgia del mismo y tomar su cese como pérdida... vamos el colmo de los colmos, que quizás fuese una forma de decir "bueno todo no es tan tan tan malo" :-). El sinsentido de la vida será el tema de otro breve aforismo "Polvo nada más" donde introduce, irónicamente, la paradoja de que: "Todo me deja insatisfecho. Incluso si fuera elegido Dios, dimitiría inmediatamente; si el mundo se redujese a mí, si yo fuera el mundo entero, me rompería a mí mismo en mil pedazos, me haría estallar"... no se como pude evitar reírme al llegar a esta parte.

¿Entusiasmo?
Si antes nos revelaba su admiración por la existencia de la "gracia" en el mundo y la existencia de seres "tocados" por la misma, ahora el joven Cioran se nos descuelga por sorpresa con un aforismo en defensa del "Entusiasmo como forma de amor", alguien debió conocer que era poco menos que su némesis, el reverso luminoso de su propio carácter, Cioran nunca reprochó la falta de lucidez en los demás, bien sabía que la misma solo traía sufrimiento, de ahí que no podía menos que sentir admiración por aquellas personas entusiastas y optimistas, aquellos que a pesar de todo siguen adelante y contagian a los demás con su forma de ser, es otro tipo de luz a la que él no tenía acceso. En unas hermosas páginas, sin duda las más bellas del libro, veremos a Cioran divagar sobre el entusiasmo y su consecuencia, el amor incondicional, vemos al escritor más filosófico, más apartado de su tragedia personal "Yo renunciaría de buen grado a todos los problemas sin solución a cambio de una dulce e inconsciente ingenuidad. El espíritu no eleva: desgarra. En el entusiasmo, al igual que en la gracia o en la magia, el espíritu no se opone antinómicamente a la vida".  El aforismo "Luz y tinieblas" nos trae al filósofo interesado por la mística, al Cioran más teórico, al para mí menos interesante. El siguiente "La renuncia" expresa su desinterés por el abandono del mundo que predican las religiones místicas, el temperamental y amargado filósofo dificilmente podía transigir con prácticas que realmente no condujesen a la eliminación del sufrimiento en esta vida, para él ya no quedaban desiertos a los que poder retirarse, salvo el interior... y este era demasiado áspero y extenso.

El amor y su relación con el sexo, el insomnio, lo absoluto en el instante... serán los siguientes temas, las siguientes líneas fueron puestas por mí en mi muro de Facebook y si no lo hubiese escrito al pie ¿quién podría adivinar que son de Cioran?:

"Dichosos los que pueden vivir en el instante, sentir el presente constantemente, atentos únicamente a la beatitud del momento y al arrobamiento que procura la presencia íntegra de las cosas... Y el amor ¿no alcanza lo absoluto del instante? ¿No sobrepasa la temporalidad? Quienes no aman con un abandono espontáneo son frenados por su tristeza y su angustia, pero también por su incapacidad de superar la temporalidad. ¿No ha llegado ya la hora de declararle la guerra al tiempo, nuestro enemigo común?"

Ni que decir tiene que el texto recibió unos cuantos "me gusta"... me pregunto cuantos hubiera recibido el siguiente:

"La miseria objetiva de la vida social no es, en efecto, más que el pálido reflejo de una miseria interior. Sólo con pensar en ello pierdo las ganas de vivir. Debería tirar mi pluma para irme a alguna chabola en ruinas. Una desesperación mortal me invade cuando evoco la terrible miseria del ser humano, su podredumbre y su gangrena. En lugar de elaborar teorías y de apasionarse por las ideologías, este animal racional debería ofrecer hasta su camisa a quien lo necesitara.[...] Ante la miseria, hasta la existencia de la música me avergüenza"

No quiero seguir destripando el libro, creo que la autopsia ha sido ya excesiva y demasiado cargante ;-), ha quedado bien claro lo que podemos encontrar en el mismo, los grandes temas de su filosofía están todos en él. Quien no lo conozca hará bien por aproximarse a través de este autor y su ensayo "Cioran, manual de antiayuda" y quien desee caminar sin muletas y adentrarse directamente en el laberinto tenebroso y lúcido del inmortal pensador rumano no podría escoger una opción mejor que esta.

Decir finalmente que lejos de producir desazon, tristeza, melancolía o abrumar con sus pensamientos negativos Cioran trató de producir, con éxito, una honda impresión en el lector que le hiciese compartir algo bueno de él, lo mejor sin duda, la lucidez y la sensación de que la vida aunque probablemente no tenga sentido, aunque quizás no sea más que un accidente o un error posee también su lado bueno, aunque haya que rebuscarlo entre la tragedia y en el dolor. Y sobre todo compartir con él esa mirada especial y lúcida que tenía hacia el mundo y que le hacía dudar si este estaba loco o el loco era él. ¿Deprimente?, ni un ápice, y de forma sorprendente además. 


Lo mejor: Una obra apasionada, contundente, bien escrita y con una tremenda claridad expositiva. Quizás demasiado recargada y escandalosa. Sincera, a veces excesiva, en ocasiones hermosa y lírica, breve pero con una gran densidad de ideas y conceptos. Dudo mucho que su autor en el momento de su escritura pensase en continuar con su obra más adelante, de ahí ese sentido de "echar el resto" y esa pasión que se destila casi en cada página. Recomendable para los curiosos y aficionados a la filosofía que no teman adentrarse en las tinieblas y las angustias existenciales que no solamente su autor, sino que todos hemos experimentado alguna vez.

Lo peor: No demasiado recomendable para tener en la mesita de noche y leer antes de dormir... el insomnio puede ser la consecuencia. El estilo de Cioran, crudo y directo, es bueno en la misma... pero no se puede comparar en esta primera obra con lo que sería capaz de escribir después, sin duda alguna mejoró mucho en cuanto dejó de escribir en su lengua natal, el rumano, y se lanzó a la aventura de escribir en francés, esa obsesión por el buen estilo dejaría su huella en obras posteriores.



sábado, 5 de septiembre de 2015

Las sabidurías de la antigüedad


"Lejos de las violencias brutales del amor-pasión, el amor nace en este caso de un tiempo compartido, de una construcción. Lección de Lucrecio: el amor no nos es dado, hay que construirlo. Y lejos de las ficciones sociales o de los señuelos comunitarios. En la dulzura de una complicidad elaborada entre dos, el uno por el otro, el uno para el otro, Lucrecio propone la pareja ataráxica como obra de arte filosófica. ¿Lucrecio misógino, falócrata, pesimista, desesperado, suicida, loco? Vamos... "


Ficha: "Las sabidurías de la antigüedad. Contrahistoria de la filosofía, I", Michel Onfray, editorial Anagrama, 330 páginas, ISBN: 9788433977212

De nuevo otro libro de Michel Onfray, autor prolífico y polémico, de lo mejor que ha producido la filosofía en nuestro país vecino en las últimas décadas, y un autor, que independientemente de los gustos e inclinaciones de cada uno, simplemente no se puede ignorar. 

Este es el sexto libro suyo que leo y comento en mi blog, y desde luego que no va a ser el último por lo que a mí respecta, tras haber abordado diversas lecturas de las que en general guardo un buen recuerdo, me faltaba comenzar por la que sin duda es su obra magna, un proyecto a la altura de este pensador iconoclasta, hedonista, postanarquista, materialista y ateo militante que lo mismo se muestra favorable a los trasgénicos que al uso civil de la energía nuclear. 

En fin, un hombre que no teme escandalizar al gallinero ni tiene pelos en la lengua ni miedo alguno a exponer sus opiniones, en debates en televisión si hace falta tal y como se puede ver si uno busca su nombre en Youtube, y que se pasa por el forro de los pantalones cualquier atisbo de lo "políticamente correcto" aunque sea al precio de resultar incómodo, desagradable o antipático. En esta ocasión lo tenemos enzarzado en una cruzada particular en defensa de la filosofía materialista y hedonista, contra la historiografía tradicional de la filosofía en occidente, especialmente en lo que respecta al fundador "oficial" de la misma, Aristocles Podros, conocido universalmente por su apodo "Platón".

Aquí tenemos el punto de partida de esta particular y personal cruzada antiplatónica del bueno de Michel Onfray, suscribiendo casi por completo la conocida frase de Alfred North Whitehead que en su obra "Proceso y realidad" (1.929) rezaba "la manera más segura de describir el conjunto de la tradición filosófica europea es presentarla como una serie de acotaciones a Platón", Onfray defenderá la tesis en esta primera entrega de su "contrahistoria de la filosofía", de que al igual que en el caso de su hermana mayor, la Historia de la Filosofía ha sido escrita por los vencedores, y que los filósofos ganadores históricamente no lo fueron únicamente por la validez, belleza y perfección de sus ideas, sino también por avatares históricos alejados del mérito de las mismas y por "malas artes"... Platón por ejemplo, según una anécdota de la época no se si cierta o no, quiso comprar todas las obras de Demócrito de Abdera para pegarles fuego... una acción innoble de la que fue disuadido y optó por una estrategia mucho más sutil y efectiva, ningunear y ridiculizar las filosofías materialistas de sus opositores en sus famosos diálogos. No veremos en ninguna de ellas el nombre de Demócrito... solamente nombrará a Aristipo de Cirene, y de forma malévola señalando su ausencia el día de la muerte de Sócrates, tal y como señala Onfray, y no es el primer autor desde luego del que he oído este reproche, sus diálogos son puro teatro... nada que ver con una verdadera polémica sobre un determinado tema, donde expone ideas contrarias a las suyas de forma intencionadamente burda y simplona para al final resultar "vencedor".


Así era el mundo filosófico de la antigüedad, los filósofos copiaban ideas anteriores sin citar su procedencia, no existía nada semejante a la ley del "copyright", en ocasiones lo hacían mucho peor y publicaban trabajos propios como si fueran de autores célebres, y por supuesto... regía la ley no escrita de "al enemigo ni agua". De forma que para Onfray la filosofía de Platón no es más que un largo y elaborado manifiesto antimaterialista y antihedonista, donde se consagra la dualidad cuerpo-alma, o materia-espíritu, para dar preponderancia a este último, glorificar el mundo imaginario de las ideas y despreciar al cuerpo mortal y al mundo sensible por su imperfección. Unas ideas que fueron en origen seguramente importadas de oriente por Pitágoras y asimiladas por Platón, trascendieron mucho más allá de la existencia de este y sus discípulos, y que una vez adoptadas, y notablemente adaptadas, por el cristianismo tuvieron una vigencia de muchos siglos. 

Ello no hubiera supuesto ningún problema si no fuera por el "reverso tenebroso" del hecho, es decir, la persecución, el olvido, la demonización de las ideas no-oficiales, la tergiversación, la mentira y la manipulación que hacían blanco en todos aquellos pensadores que no comulgaran con el idealismo platónico imperante. La idea de una lucha en igualdad de condiciones y "juego limpio" nunca estuvo en la mente ni de Platón, ni de muchos de sus seguidores... y muchísimo menos en los doctos sabios de la Iglesia que adoptaron parte de las ideas platónicas y condenaron sin paliativos todo lo demás que oliera a paganismo... no digamos ya las ideas que eran directamente contrarias a lo predicado por el Cristianismo, como un elogio del cuerpo, la negación de la existencia de los dioses y todo elemento inmaterial, la existencia de los átomos y su importancia como elementos constitutivos de toda realidad, denominese a la misma material u inmaterial, la exaltación del disfrute de la vida... todo debía ser borrado de la faz de la Tierra, había que tachar a los filósofos que enarbolaban estas detestables ideas de viciosos, borrachos, puteros, enfermos... de todo lo peor imaginable, y lo que es más importante, relegar sus ideas al mayor de los olvidos.

Onfray relata la tremenda dificultad de hablar hoy en día de estos filósofos casi-olvidados, de rescatar sus escritos, siempre fragmentarios, siempre escasos, que nos han llegado casi siempre de forma fortuita; la dificultad de esta labor de arqueología filosófica es inmensa, hay que consultar docenas de fuentes, enfrentarse a informaciones imprecisas, fragmentarias y contradictorias, y sobre todo intentar rellenar los espacios vacíos lo mejor posible a través de la interpretación... un terreno desde luego resbaladizo y donde la hipótesis es continua. 

No he leído los siguientes trabajos de Onfray sobre esta particular "contrahistoria" de la filosofía, pero apuesto a que en este primero que trata de los filósofos más distantes en el tiempo, donde forzosamente ha tenido que lidiar con material más exiguo y fragmentario, es donde ha tenido que, para bien o para mal, verter más ideas propias. Es por eso que no sorprende leer en este primer trabajo, de un total de seis cuyos dos últimos no han sido todavía traducidos al castellano ¿a qué espera la editorial Anagrama?, a un Michel Onfray pletórico de ideas, apasionado y encendido defensor de sus ideas hedonistas y materialistas de toda la vida. No se si es por tratarse de la última obra leída de este filósofo, pero me da la impresión de que es de lo "mejorcito" que ha escrito nunca.

En sus páginas vamos a ver un más que interesante desfile, Leucipo, Demócrito, Hiparco, Anaxarco, Antifón, Aristipo, Diógenes el cínico, Filebo, Eudoxio, Pródico... y los dos grandes filósofos materialistas, Epicuro, al que dedicará páginas admirables, y Lucrecio quien con su monumental obra "De rerum natura", constituye seguramente la obra más íntegra y extensa de las legadas a la posteridad por ningún filósofo materialista... y que tuvo la suerte de sobrevivir, y esto no lo dice Onfray en su obra, por su belleza al estar plasmado en verso. Un largo recorrido donde Michel nos lleva una y otra vez a los mismos lugares comunes, la defensa a ultranza de la filosofía materialista-atomista y la desactivación, uno por uno, de todos y cada uno de los prejuicios y mentiras que en la época, y también posteriormente, se vertieron sobre esos pensadores... sin duda alguna la historia, no solamente la del pensamiento occidental, sino la del mundo hubiera sido diferente.

Me ha gustado mucho la atención, y respeto, mostrada por Onfray hacia los denominados "sofistas", y también sus irónicos comentarios acerca de la etiqueta "presocráticos"... donde curiosamente se incluye a Demócrito que sobrevivió más de treinta años a Sócrates... dos etiquetas con las que la enseñanza oficial de la filosofía se "despacha" y que niega a los primeros la categoría de filósofos, pasando a ser una etiqueta poco menos que peyorativa, y siendo tremendamente engañosa la segunda... algo así como si hubiera habido un antes de Sócrates y un después de él... vamos como con la historia antes y después de Cristo :-)... como si la de antes no fuera también historia o tuviera menos importancia. En fin, se pueden alabar muchas virtudes del libro, pero creo que la principal es lo ya señalado, la pasión y erudición que muestra Michel en este libro, su lenguaje claro y accesible, y su tremenda fuerza y energía, algo no habitual en un filósofo, en defender sus ideas... estilo de panfleto y soflama, dirán algunos, bien por él tengo que escribir aquí ;-)

"Sólo quienes se relacionan mal con sus deseos y sufren con el placer tienen interés en rechazar la palabra y sus apariciones, en caricaturizar, impedir el debate, enredar para evitar la confrontación, recusar la validez e incluso la posibilidad de las tesis hedonistas. La mala reputación de Epicuro informa menos acerca de la verdadera naturaleza del filósofo del Jardín que acerca de la inhibición, los complejos y la miseria corporal de sus adversarios, platónicos y estoicos en primera línea, luego cristianos, que, sin saberlo, han puesto de manifiesto que la insatisfacción que los poseía en lo relativo a su carnalidad llegaba al extremo de tener que detestarla, martirizarla, odiarla... El antihedonismo desvela sintomáticamente el odio a sí mismo, concentrado, transfigurado, desplazado, desviado y luego dirigido a un objeto fantasmático susceptible de recoger la totalidad de la negatividad acumulada en sí mismo: el placer."

Lo mejor: El mejor Michel Onfray posible, erudito y accesible, apasionado y batallador, capaz de desplegar una notable artillería verbal de grueso calibre pero también con un estilo bello y preciosista cuando quiere. Una obra marginal, herética, que difícilmente entrará en el plan de estudios de la carrera de filosofía pero que todo buen aficionado autodidacta debería leer. Apenas leída esta primera parte estoy deseando enfrascarme en la lectura de la segunda "El cristianismo hedonista". Mención aparte me merece la inclusión de esta primera entrega en la colección "compactos" de Anagrama... una pena que las otras tres publicadas en castellano no lo estén en esta misma colección, ese formato para leer es poco menos que ideal.

Lo peor: Muchos lectores sentirán que el juicio que hace Michel de Platón es injusto y exagerado, reducir su filosofía poco menos que a un manifiesto "antimaterialista" es bastante osado... otros le reprocharán la simpleza de sus posicionamientos y le acusarán de maniqueo, de radical, y de tratar de llevar por todos los medios el "ascua a su sardina"... aunque sea a martillazos al más puro estilo "Nietzsche". Por no hablar de las duras, durísimas palabras dedicadas al cristianismo... me temo que el bueno de Onfray a veces cae en los mismos excesos que reprocha a los adversarios de su filosofía.



martes, 1 de septiembre de 2015

El lobo estepario



"Hay momentos en los que toda generación se encuentra extraviada entre dos épocas, entre dos estilos de vida, de tal suerte, que tiene que perder toda naturalidad, toda norma, toda seguridad e inocencia."


Ficha: "El lobo estepario", Hermann Hesse, Ediciones Gernika, 188 páginas, ISBN: 9789686378016. Edición descatalogada adquirida de segunda mano.

Hace unos meses en un mercadillo de segunda mano pude adquirir este libro para así completar mi pequeña colección de las obras de Hesse, tras leer a comienzos de 2.013 sus conocidas "Siddharta" y "Demian" me faltaba sobre todo esta otra para completar esa especie de trilogía de las obras más conocidas del gran escritor suizo-alemán.

Era la lectura perfecta para llevar conmigo en uno de mis viajes de este verano, una novela en formato de bolsillo ideal para leer en cualquier lugar y que como cualquiera de las de este autor lleva fácilmente al engaño, ya que leer a Hesse es participar en otro viaje, en este caso a las profundidades de la psique humana y del sentido de la vida.

Al igual que las ya reseñadas anteriormente me he encontrado con más de lo mismo, un profundo retrato de una personalidad compleja y apasionante, en este caso de su protagonista Henry Haller, nótese la coincidencia de las iniciales con las del propio Hesse, hay más coincidencias ya que la edad del protagonista coincide con la edad que tenía el propio autor en el momento de su escritura... está claro desde el principio, y también en consonancia con las novelas ya leídas de este autor, que Hesse había volcado mucho de sí mismo en la narración. No es de extrañar que este completo y obsesivo retrato psicológico de Haller no sea en esencia más que una confesión, por supuesto muy fantástica y distorsionada, del retrato del mismo autor que se escudaba en la ficción para dar rienda suelta no solo a su imaginación, sino para plasmar a modo de terapia sus demonios personales sobre el papel.

La trama de la novela no puede ser más simple, a una pensión de una ciudad alemana llega un misterioso inquilino, de edad madura, rondando ya los cincuenta, con un aspecto entre sobrio y elegante, educado, culto... vamos el aspecto normal y casi burgués de un ciudadano acomodado de la época, solo que hay algo que no cuadra del todo, algo hay que parece desentonar en el conjunto, en su mirada, en sus ojos y sus gestos... señales de una poderosa y encarnizada lucha interior.

Así se nos retrata en tercera persona a través de otro ocupante de la pensión, posteriormente será el mismo Haller el que nos hablará en primera persona y nos revelará su lucha interna, Haller se califica a sí mismo de "Lobo estepario". Externamente es un hombre convencional que apenas llama la atención, pero interiormente vive un terrible conflicto entre quien aparenta ser y quien verdaderamente es. Esa personalidad doble, encarnada alegóricamente en la figura de un solitario lobo de la estepa viene a representar el instinto, el desprecio de los convencionalismos, el ansia de libertad de un animal salvaje y a la vez el deseo de transcendencia de un ser profundamente espiritual y enemigo declarado de las normas sociales, un ser antisocial por naturaleza que se estremece ante el arte más elevado, que se cree o se sabe especial, atrapado en un cuerpo y un papel que aborrece.

Alguien en suma en perpetua lucha consigo mismo, contra la necesidad de seguir al rebaño y llevar una vida de apariencias... una lucha donde en ocasiones gana el "hombre", y se pliega a las necesidades materiales de comodidad y seguridad, y en otras gana el "lobo estepario" y recorre las calles a altas horas de la noche sumido en el desprecio a sí mismo y con la necesidad imperiosa de beber para olvidar ese conflicto que lo desangra por dentro.

La introducción de elementos fantásticos no era nueva en la obra de Hesse, aquí tomará diversas formas, desde ese panfleto que un desconocido le pasa a Haller en medio de la noche donde podrá leer el "tractatus del lobo estepario", un escrito dedicado a todos los que son como él y donde Hesse de forma admirable dará otra vuelta de tuerca a la interpretación de ese conflicto interno que sume a Haller en la desesperación, a ese imaginado teatro donde en la última parte de la novela la fantasía  alucinatoria toma las riendas de la narración.



El protagonista llega a un punto donde ya lo único que le mantiene con vida es la posibilidad de un suicidio que ponga fin a su desesperación, no he podido evitar recordar al protagonista de "Tengo una pistola" de mi paisano Enrique Rubio, y por supuesto no he podido evitar evocar también a la filosofía de Emil Ciorán para quien la idea de la posibilidad del suicidio, en el colmo del pesimismo, era también reconfortante. Llegado a ese punto en el que Haller no se soporta más a sí mismo... y donde también tengo que decirlo, Hesse pone también a prueba la paciencia del lector con semejante personaje ;-), tendrá un encuentro fortuíto con una mujer, Armanda, que abrirá súbitamente otras posibilidades, realmente inesperadas, en su vida.

En ocasiones he criticado la fórmula de escribir mediante largas y compactas parrafadas sin líneas de diálogo en alguna que otra novela, esa forma de presentar el texto en esta novela se convierte, no obstante, en todo un acierto. Ese discurso obsesivo con múltiples oraciones subordinadas, ese monólogo interior, en este caso preñado de brillantes pensamientos, viene al pelo a lo que Hesse nos quiere contar en esta historia. No he leído ninguna otra con un argumento tan raquítico y tan escueto que se podría resumir en cinco líneas, y en cambio tan absorbente... el lector tiene la sensación de estar leyendo algo grande, una obra que tuvo desde el comienzo vocación de clásico y donde el autor se desangró completamente, vamos que como se dice vulgarmente "echó el resto". Y es que todo, absolutamente todo lo que uno podría entender y leer entre líneas de Siddharta y Demian, todo eso y más está aquí, y en ocasiones de una forma más fresca y directa. No me extraña que en la red abunden las selecciones de fragmentos de "El lobo estepario", si hay alguna novela que merece el calificativo de clásico, en el sentido de que nunca pasará de moda, o de obra de "culto" es precisamente esta.

Reflexiones sobre la soledad, sobre el significado de la vida, sobre el amor, la muerte, el destino... esta novela de Hesse seguramente contiene más filosofía, mucha más, que voluminosos ensayos teóricos. Me quedo en particular con la descripción de Armanda, verdadero alter-ego del protagonista, con la relación con María, encarnación del encanto del mundo, con esa trascendencia de la dualidad hombre-lobo descrita en la última parte del "tractatus", y especialmente con el discurso que un Mozart fantasmal le larga a nuestro protagonista, cada vez más empequeñecido y ridiculizado, esa alegoría de la música sublime fluyendo a través de un renqueante aparato de radio me parece de lo mejor de la obra. Quizás el final no esté a la altura del resto de la narración... demasiado abierto a interpretaciones, pero es que esta no es una novela al uso, como comentaba ya hace tiempo cuando comencé a leer a Hesse, y al igual que hacía el danés Soren Kierkegaard, sus novelas no son más que ensayos filosóficos camuflados, más o menos, y por ello merecen un lugar en ambos mundos. 

“La soledad era fría, es cierto, pero también era tranquila, maravillosamente tranquila y grande, como el tranquilo espacio frío en el que se mueven las estrellas.”

“Nacimiento significa desunión de todo, anulación de la dolorosa individualidad. Dios significa ensanchar tanto el alma que pueda volver a abarcar todo.”

“Estos inmortales no dieron la espalda a la vida si no que construyeron mundos admirables mediante una sublimación amorosa de las menudencias que, también, componen la existencia.”

Destacar por último que la novela anticipaba el conflicto de la Segunda Guerra Mundial, se hacía eco del ambiente beligerante y militarista que impregnaba a Alemania a finales de los años veinte, todavía tendría que llegar la tremenda sacudida de la crisis del 29 que culminaría con el ascenso del nazismo... pero ya se estaba en aquel momento oliendo el futuro desastre, al menos Hesse era consciente de ello y no tuvo reparos en plasmarlo en la narración convirtiendo a H. Haller en un "pájaro de mal agüero" que denunciaba la situación, algo que seguramente hacía también él mismo.

Lo mejor: Probablemente la mejor y más conocida obra de Hesse, un escritor que ganó merecidamente el Nobel en 1.946, y que todo buen aficionado a la lectura debería conocer. Un escritor de otro tiempo y completamente fuera de serie, sin duda uno de los grandes del siglo XX. Compleja y fascinante, engaña por su brevedad, dentro fluye todo un mundo que merece ser visitado en más de una ocasión.

Lo peor: La riqueza de matices, la obsesión por la psicología del personaje, las dobles lecturas y las frases grandielocuentes cargadas de adjetivos no serán del gusto del lector amante de obras más ligeras. Tampoco la práctica ausencia, en buena parte de la obra, de acción ayuda demasiado. Es una novela donde externamente en casi su mitad no sucede absolutamente nada y donde en cambio se nos lleva de viaje a las interioridades de una personalidad fascinante... puede gustar, en mi caso el libro me fascinó, o resultar en extremo cargante, al igual que el personaje... si Hesse quería hacernos partícipes de la lucha de Haller contra el mundo lo consigue, también consigue hacérnoslo parecer simpático, a veces, y también excesivo y pesado la mayor parte del tiempo. Uno no sabe ya al final si desearle lo mejor o lo peor al ver que el pobre, a pesar de toda su grandielocuencia y asunción de su excepcionalidad, en el fondo no es más que un tonto patético y sin remedio. La novela termina con un "regusto" a raro, un final abierto que se presta a diferentes interpretaciones, al estilo de otras ya leídas del mismo autor, especialmente "Damien", que quizás la estropee un poco.